La regeneración ósea guiada forma parte de la periodontología y de la técnica de regeneración tisular guiada (RTG).
El principio biológico de la RTG, descrito por Nyman et al. En 1980 y 1982, consiste en utilizar una barrera física que permita la recolonización celular de las superficies radiculares por las células del ligamento periodontal(1)(2)(3).
La idea fue ampliada a la regeneración ósea en 1988 por Dahlin et al. que, inspirados los resultados de Murray et al. en 1957, que encontraron regeneración ósea dentro de una jaula de plástico insertada en un defecto óseo ilíaco de un perro(4), destacaron la posibilidad de volver a formar hueso alrededor de los implantes colocados en las espinillas de los conejos y cubiertos con membranas de ePTFE (politetrafluoroetileno expandido(5).
Por tanto, la ROG inicial consiste en utilizar una membrana rígida para que el coágulo sanguíneo se estabilice y las células osteogénicas puedan colonizar y regenerar el espacio, protegido así de la invasión de las células.
Después, se añaden biomateriales que permiten mantener esta membrana que ya no necesita ser rígida y, por tanto, deja lugar a las membranas reabsorbibles menos vinculantes.
Posteriormente, surgieron variantes como el uso de tornillos de osteosíntesis para mantener la membrana a distancia como si de «pinzas de carpa» se tratara, o el uso de láminas de hueso cortical como membranas rígidas en técnicas de encofrado.